¿Os acordáis de Pomelo? Si ese compañero mío de Taekwondo. Venga seguro que os acordáis. Ese que necesita un tanque industrial de bromuro para acabar con sus estímulos sexuales. ¿No? Bueno, si no lo recordais podeis mirar aquí.
La verdad es, que el otro día estaba con Omnizapiente en la playa, y nos acordamos de una de sus “genialidades”. Fue algo tan lamentable que me veo en la obligación de compartirla con vosotros, para que nunca amigos míos, caigais en ese error.
Todo sucedia en una agradable velada tras una fabulosa lección de Taekwondo. Todos los que asisitimos a la lección, haciendo gala del compañerismo que hay en nuestra sangre, nos fuimos a tomarnos una cerveza. Incluido Pomelo. En estas estaba yo disfrutando de una buena cerveza y comentando hablando con Omnizapiente de su cumpleaños, cuando por una cosa y por otra, empezamos a bromear con lo que le podría regalar la novía. Al final acaba diciendo uno:
-Tu sabes tio, te puede regalar ella misma desnuda, solo con un lacito de esos que tiras y se cae.
Y entre las evidentes risas se escucha la voz de Pomelo.
-Pues la verdad . . . -empieza a decir mientras pone su cara de máxima perversión-la verdad es que le tiene que quedar bastante bien, ¿eh? Tendría que estar buena a rabiar.
A día de hoy amigos míos, aún me pregunto como Omnizapiente se conformó con una simple hostia. Yo lo habría mandado al hospital.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No lo mande al hospital porque no hacía falta la humillación publica... ya se humilla bastante a sí mismo.
ResponderEliminar